El Escapista, parte II
El escapista kamikaze. (Advertencia. Niños: no intenten esto en sus hogares) Y cuando este niño le encontró el gustito a moverse tanto...sucedió lo que tenía que suceder. Escaparse de la colchoneta se convirtió en costumbre. Pasa todos los días, varias veces al día, así: Y en la noche, ya acostado en la cama, lo mismo. Y la madre lo vuelve a acomodar en su lugar una y cien veces. Pero esa noche, la mamá ya está agotada y se queda dormida antes que el escapista. Las consecuencias, a Dios gracias, son sólo este enorme machucón (que en su momento tenía el tamaño de un huevo), un buen rato de llanto, y nada más. Y ahora a diseñar nuevas medidas de seguridad. :(((((