Momentos

Tengo la necesidad de despedirme de vos en este espacio. Porque sé que cuando podías te dabas una vueltita por acá, para saber de nosotros. No te importaba que la mayoría de mis posts giran alrededor de la discapacidad, un tema que quizá no tenía relación directa con vos, pero lo hacías con el interés de amiga, para saber en qué andábamos porque muchas veces no teníamos tiempo de vernos personalmente y charlar.
Porque cuando te ví una de las últimas veces, me presentaste a las otras personas que estaban con vos, diciendo que yo era "la mamá del Salvi, la que escribe el blog" y te dije que iba a escribir sobre vos, deseando que fuera mucho el tiempo que tuviéramos para escribir y leer.
Lamentablemente no fue así.
Sé que fui egoísta cuando me enteré lo que te estaba pasando, y pedí silenciosamente alcanzar a verte, a darte un beso, a hablar un minuto más con vos. Dios me concedió ese deseo, a mí y a las otras Locas lindas, que pudimos darte el último cariño, el masajito en los pies, una broma, una caricia.
La vida es eso, momentos compartidos. Me quedan tantos momentos con vos, tantas horas en el teléfono, las tareas de los chicos, los miedos, las dudas. El aprender juntas a ir soltándoles la mano para verlos crecer.
Los momentos tan intensos de la catequesis, el camino personal que hicimos en esas tardes de los viernes, con el mate y las cosas ricas, las conversaciones tan profundas. La primera comunión de los chicos...
Me queda el alivio de habernos demostrado el cariño y la admiración mutua. De habernos podido decirnos que nos queríamos, amiga.
Ahora me toca el estar ahí para tu familia, para tus hombrecitos, para tus padres, como todas tus amigas, para lo que necesiten. Por todo lo que fuiste y serás para nosotros, hasta siempre Ale.



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