3 meses con ABR

Todavía no lo completamos, pero vamos haciendo un resumen:

En Abril, nuestro tercer mes de ABR, rondamos nuevamente las 70 horas. No es un gran número, pero parece que no podemos hacer más. Hay días en los que Salvi no duerme la siesta, por su propia decisión, o duerme menos, con lo cual hay dos ejercicios (dos horas) que no se pueden hacer, o se hace menos tiempo. Lamentablemente, esos dos ejercicios, a él no se los podemos hacer despierto, no nos deja. De todos modos 70 horas tampoco están tan mal, ya superamos las 200 horas totales.

Lo más notable en él últimamente está en todo lo que balbucea, cada día más, mucha producción, sonidos distintos: pá (aunque me de celos, la diferencia entre la cantidad de "papás" y "mamás" es abismal), ba, abu, que, y otros ininteligibles, pero combinados entre sí y con intensidades diferentes, de acuerdo al estímulo: los dibujitos de la tele, nuestra charla, su propia voz grabada. También juega mucho con su boca, muerde su lengua, hace ruido con los dientes (no bruxismo, es como masticar el aire: clac, clac).

El volumen del tórax es notoriamente mayor, se nota más lleno, más redondeado. Se ve despropocionado respecto a su cadera. Me encantaría poder empezar a trabajar ya la pelvis, para ir armoniosamente, pero falta mucho. No tendremos nuestro próximo entrenamiento de ABR hasta setiembre, por lo que no habrá nuevos ejercicios hasta entonces.

La ganancia de equilibrio y control de tronco sigue afirmándose. Puedo trabajar en la computadora, usando mis dos manos, con él sentado en mis piernas. Él se sostiene solito, apoyándose eventualmente en sus manos...o intentando tocar el teclado, ja, ja...y allí termina el trabajo de mami.

Sus manos y brazos están llenos de actividad, con más precisión en los movimientos, con más intención. Llegar con él en brazos hasta una puerta significa que hay que detenerse para que intente tomar el picaporte para abrirla, o sacar las llaves de la cerradura. También disfruta mucho que lo tengan en brazos junto al lavatorio, con la canilla abierta, puede estar un largo rato jugando a tomar el chorro de agua, y palmoteando y salpicando. Ahora le gusta más bañarse. Ya no uso el salvavidas para mantenerlo sentado, sólo lo siento en el agua y lo sostengo con una mano desde la cintura o el hombro, mientras el juega mucho más, golpea fuerte con la mano derecha y se salpica la propia cara y se asombra al sentir las gotitas. Después intenta darse vuelta en el agua para quedar boca abajo. (¿Qué intentará este loco?). Es más fácil entender lo que quiere cuando usa así sus brazos y manos, es muy claro para nosotros qué es lo que quiere alcanzar o quién quiere que lo alce (el tan ansiado "tira los bracitos").

Bien, esto sería un pequeño resumen de las cosas que cada día vamos viendo y que, de más está decirlo, nos están haciendo muy felices. Y pensar que sólo lleva unas horas al día de dedicación de los padres, sin medicamentos mágicos, sin conocimientos enciclopédicos, ni maravillosos especialistas en alguna ciencia increíble, sólo paciencia y esperanza.

No es poco.

En el video, un ratito de esparcimiento.