Lo que se puede contar del fin de semana

El fin de semana pasado hicimos un viaje muy importante. Para quienes tienen un contacto más cercano conmigo y a quienes les había contado de esto, saben cuántas ganas teníamos de hacerlo.
Para quienes no son tan cercanos, les digo simplemente que el viaje era una ilusión que teníamos desde hace años, que está relacionado con la fe, con los milagros, con la oración nuestra y de muchos amigos y de otras personas que casi ni nos conocían pero pidieron por nosotros, nuestra familia y nuestra salud en los momentos más complicados.
La experiencia vivida es demasiado íntima e intensa, y no creo que este sea el espacio para exponerla. Lo más importante es que pudimos vivirla tal y cómo la soñamos tantas veces y que quedó con nosotros para siempre.
Lo que sí puedo contarles son esos detalles de vivencias que suelen suceder en ocasiones especiales como son los viajes, que marcan pequeños o grandes hitos en el desarrollo de nuestros niños.
Por ejemplo:

El viaje en avión.Ya habíamos volado con los dos chicos otras veces. Por primera vez Salvi ocupó un asiento para él solo. No hubo problema, sólo utilizó el cinturón común, vió algo de tele, miró por la ventanilla, y se rió en cada pequeña turbulencia. El viaje era corto, así que no hubo comida, aunque sí tuvo oportunidad de tomar gaseosa a bordo.



La comida. Si siempre es todo un tema, de viaje es la GRAN preocupación. No había demasiado tiempo para cocinar entre las actividades y los horarios que teníamos planeados, pero tampoco tuvimos inconvenientes con esto. Gracias a sus nuevas habilidades, tranquilamente pudimos sentarnos a comer en cualquier lado y pedir las famosas humitas salteñas, que Salvi se devoró con gusto. Pensar que cuando mi mamá las prepara en casa, nos preocupamos mucho de que la textura esté cremosa y suave para que no se ahogue. Y allí las comió tal y como las servían, mucho más seca y con trocitos de choclo sin deshacer, y no se ahogó nunca. También comió morcilla mezclada con puré de papas, algo que tampoco le doy nunca en casa. Simplemente le encantó.


Agustín. Para ser justa también tengo que dedicar un párrafo a este precioso hermano mayor, que se portó increíblemente bien, durante todo el fin de semana, sin caprichos ni enojos, comiendo mucho (¡qué ricas empanadas!!!!), caminando muchísimo, bañándose sólo y sin que nadie se lo pida, etc.


En resumen, además de tantas otras cosas hermosas vividas el fin de semana, disfruté mucho de ver lo hermosos que están estos dos milagros que son mis hijos.

Comentarios

  1. Alejandra antes que nada mil felicitaciones por tantos progresos de Salvi , partiendo con la evaluacion y las fotos hasta el viaje en avion . Es admirable como esta bien sentado y usando sus manos para señalar. Tambien lo bueno de encontrar colegio !! Creo que este ha sido un año perfecto ! Esper que tengan unas lindas fiestas de fin de año!
    Clemente y Lorena.

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