Crónica de una peste anunciada

Varios días de estornudos aparentemente alérgicos tenían que tener un desenlace. He aquí el resumen de los últimos 5 días, que de a ratos parece que fueron cien.
Miércoles 24. Por la mañana. Salvi está malhumorado, no le gusta nada, nada lo entretiene. Come poco. Duerme poca siesta. Por la tarde sigue el malhumor. A las 20:30 lo baño luego de tomarle la temperatura, tiene 38.1ºC. Le doy un antifebril, lo vomita al ratito, con muchísimo moco transparente. Lo voy a cambiar, y a darle otro baño. A las 20:52 convulsiona. Intentamos mantener la calma, le realizamos algunas fricciones con paños fríos en todo el cuerpo, pero por si acaso dure mucho partimos al hospital. La convulsión termina sola, en el camino, no duró ni 10 minutos, pero vamos igual, para que lo controlen. Lo tienen un par de horas en la guardia, donde logran bajarle la temperatura con dipirona vía intramuscular. No vuelve a vomitar, ni a convulsionar, por lo que nos dejan irnos, con la recomendación de mantenerle la temperatura por debajo de los 37.5ºC. La tarea de toda esa noche fue colosal. Los antitérmicos vía oral parecían no hacer ningún efecto, por lo que nos la pasamos entre la bañera y los paños de agua fría en todo el cuerpo, sin dormir, ni él, ni yo.
Jueves 25. Entre las 7 y las 10 de la mañana la fiebre nos da una tregua y podemos dormir. Come poquísimo, sí toma mucho líquido, aunque le cuesta tragar, y está nauseoso. Se duerme temprano, antes de almorzar y para las cuatro de la tarde otra vez le sube la temperatura y vomita el antitérmico, por lo que lo llevo otra vez al hospital para que se lo inyecten. Allí, la médica de guardia le ve la garganta muy irritada y nos receta un antibiótico para evitar mayores complicaciones. Toma la primera dosis a las 19 horas, y no sé si debido a eso, pero tenemos una noche más tranquila. En todo el día creo que comió el equivalente a 2 yogures chicos.
Viernes 26. Tiene (tenemos) una mañana medianamente en paz. Almuerza poquito y vuelve a tener algunos graditos de fiebre en la tarde. Lo raro es que los antitérmicos tardan demasiado en hacer efecto. Después de pensarlo un poco llegué a la conclusión de que quizá esté manejando dosis bajas. Un tema para consultar con el pediatra cuando lo vea. Creo que la dosis del antibiótico de las 19 la debe haber eliminado en algún vómito, porque la noche volvió a ser difícil, yendo de la cama a la bañera...
Sábado 27. Más de lo mismo, sólo que no espero a que la fiebre suba, apenas pasa de los 37.4ºC ya está tomando alguno de los remedios, pobre enano, pero así no se demora tanto en bajar. Está un poco mejor de ánimo, un poco; y con un poquito más de apetito. El antibiótico tiene el efecto de aligerar su intestino de más, con las consecuencias esperadas e indeseables, pero necesarias para eliminar los bichos. Lo he bañado tantas veces en estos días que está transparente. Tiene los horarios de dormir y comer todos mezclados. Se duerme a las 22, casi sin cenar, porque se cae de sueño.
Domingo 28. Se despierta a las 5 de la mañana, tiene 37.5ºC, le doy el antifebril y no vuelve a dormirse. Lo intento todo, lo paseo, le canto, le doy agua, le doy leche, jugo, etc. Mucho rato después se me ocurre preguntarle si tiene hambre. La sonrisa es enooorme. 7 de la mañana y desayunando...Después hace caca otra vez y se duerme. Luego del 2º desayuno, a las 10 de la mañana ha estado mucho mejor. El apetito ha aumentado un poco, aunque la dieta está muy restringida a arroz, zanahoria rallada, manzana oxidada, etc. todo sea por cortar con la diarrea. Después de una buena siesta, a un horario normal, también el ánimo ha vuelto casi a la normalidad, está contento, mira sus cosas favoritas en la tele, se ríe, grita y se enoja cuando quiere que le cambiemos el canal. Como diría mi marido: Salvi, has vuelto a ser vos.
Como todo tiene su lado bueno y malo, digamos que lo malo fue lo que ya conté. Lo bueno:
Agus, siempre Agus. En la emergencia, se vistió solo en segundos (acababa de bañarse), a la pasada manoteó unas galletitas y fue el primero en subir al auto. En los días siguientes fue un hermano mayor consagrado, cariñoso, divertido para hacer reir a Salvi, todo un señor.
Otra incondicional de siempre: mi mamá, siempre lista para venirse a mi casa, para darme una mano con Agus, la comida, la casa, mientras yo tenía a Salvi a upa, 24 horas al día.
Y una ventaja dentro de las desventajas: la convulsión que, como siempre fue leve, corta y terminó sin intervención nuestra, y que tiene un motivo: la fiebre. Al menos no da esa sensación de inseguridad de las que no tienen un motivo claro, uno puede estar más prevenido, uno tiene algo para hacer, por ejemplo, evitar que la temperatura se pase de cierto límite. Y yo, mientras en la guardia esperaba que le bajaba la tempertura, le miraba lo linda que está su espalda, fruto de ABR, cómo sería que estaba de tranquila.
Espero que sigamos mejorando, mañana hay que volver a trabajar!!!

Comentarios

  1. Querida Ale que susto lo de la convulsion pero que bueno que este controlado, estos virus que comienzan a aparecer en estas fechas ponen a prueba una vez mas nuestros nervios y la capacidad de manejo que tenemos ante las situaciones extremas... nos convertimos en mamas a prueba de Balas jajajaa
    Que rico leer sobre Agus, es el hermanito mayor que todas queremos tener para nuestros pollitos... la verdad un lujo tu hombresito!
    muchos besos y abrazos para ustedes!!!

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  2. Que bueno Ale que esten mejor!!!! les mando un beso grande!!
    Marilén

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  3. Ufa, no había leído esto!!!!
    Como es eso de que convulsiona? Una convulsión de 10 minutos no es menor, que alivio que haya pasado sola.


    Y bueno, me enteré de esto casi un mes después! Espero que el virus ya sea solo un mal recuerdo!

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