Adaptarse

Esto de tener un niño que en muchos aspectos (la mayoría) todavía es un bebé, pero con un cuerpo algo más grande (no tanto), lleva inevitablemente a muchas adaptaciones. Dejando de lado las sicológicas, me refiero en este momento a las de infraestructura de la casa, del auto, de sus elementos para comer o dormir o jugar.


Muchas veces "gastamos" mucho más en Salvi, que lo que hacemos en situaciones similares con Agus. Lo he conversado con otras mamás que han pasado circunstancias parecidas y muchos sentimos en esto una compensación por lo que se ha sufrido. Es como decir que uno se merece poder darle todo, por haber estado a punto de perderlo todo.
Hay muchísimas cosas para ver, para comprar o para hacer a medida, para todos los gustos. Pero también hay presupuestos de todos los colores. Entonces hay que empezar a hacer elecciones, si comprar o no, o qué comprar y qué no.

Creo que allí tiene que primar lo realmente importante, lo fundamental, lo que no se puede hacer en casa. Eso será lo primero, lo que veremos de qué forma poder comprarlo.

Pero hay muchas que se pueden adaptar, con pequeños o grandes agregados para hacerlas más confortables, más seguras o más fáciles de utilizar. A veces son cosas que originalmente tienen otro uso, como el salvavidas con el que lo baño. No puedo dejarlo solo en él, pero sí tengo la libertad de mover mis manos, si el toallón quedó un poquito lejos.

Las cabezas de la familia se ponen a trabajar, ven materiales perfectos donde otros ven algún desecho, calculan medidas, hacen planos y moldes, se proponen y debaten ideas a muerte. Me pongo el traje de "Chica Utilísima" y preparo la máquina de coser de la abuela. Papá se convierte en "Carpintero Ad Honorem", y entonces la sillita de comer prestada recibe un nuevo almohadón con un accesorio que se pone y se quita con abrojos (velcro) que sirve para separar las piernas y al mismo tiempo que Salvi no se resbale cuando, en su entusiasmo al ver los dibujitos de la tele, salta y salta sin parar.

El centro de actividades, que originalmente es para niños menores de un año, y que para nosotros es de gran ayuda, porque en él Salvi se sienta y se para solo, por su propio interés (no se parece en nada a un bipedestador), es reforzado y sus patas son extendidas con suplementos para que siga siendo seguro, aún para un niño de su altura.

Y así con todo.

Y todos colaboran, abuelos y familia en general. Y los amigos, cuyos hijos van dejando de usar algunas cosas, y antes de regalarlas o prestarlas a otros preguntan: no querés otra silla para auto, por si te hace falta?, o querés otra sillita de comer para tener en la casa de la abuela?

Y a todos les decimos, SÍIIIII!!!! Después vemos si nos sirve, si no, hay tiempo para devolverlo, ji, ji. Pero es una gran ayuda contar con estas manitos.

Gran ayuda también es compartir la experiencia con los que andan por senderos parecidos: con otros papás que tienen blogs, que leo muchísimo, aunque muchas veces no tenga tiempo de dejar ni un comentario. ( A todos ellos también agradezco de corazón cuando leen nuestro blog, a veces también silenciosamente, pero cuando hay aportes que se pueden hacer, los hacen).

También estamos organizando una reunioncita con mamás de Mendoza que estamos haciendo o por hacer ABR. (Ya somos tres familias que hemos empezado). Estoy segura de que ese aporte también será valiosísimo.

Por otro lado: el fin de semana estuvo aquí mi primo Sebastián, que vive en Neuquén, con su familia: Rosi, Valentino y Gael. Lo disfrutamos muchísimo. Salvi estuvo muy loquito con tantos nenes alborotando. Me hace pensar mucho en lo bueno que sería mandarlo a un jardín o guardería. Mi cabeza está barajando posibilidades y horarios. Veré de que forma lo puedo hacer posible.
¿ABR el fin de semana? Mmmmmm!!! Poquito, poquito...



Rubén, con Salvi y Agustín, la abuela Adelina (pronto con sus primeros 86 añitos), Seba con Gael y Valentino.

Comentarios

  1. Ale
    Me sentì tan identificada con este post!!
    Uno se va adaptando, aunque en mi caso no tengo tanta suerte de encontrar mucha gente que nos pueda ayudar. Al no contar con familia, es màs complicado.
    Pero la chica Utilìsima y Mani Manitas siempre estàn presentes! Y el amor!! Que es tan importante y nos hace ver las cosas de otro modo!!

    ResponderEliminar
  2. Las cosas uno las ve con otros ojos, buscando la manera de adaptarlas. Y es tan natural que eso pase, cierto??

    ResponderEliminar
  3. Igual que Laura contamos con poco apoyo, pero el que se nos da le sacamos el jugo y me la paso adpatandole todo a Mari, asi somos tal cual describiste

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

En bancarrota

Salvavidas para necesidades especiales. Parte 2

Salvavidas para necesidades especiales. Parte I