Mi 2012. Mi 2013.

La mayoría de las veces no le doy mucha importancia al cambio de año, y no hago demasiados planes para el nuevo año. Es verdad que como casi siempre coincide el inicio del año con unos días de vacaciones, siempre hay proyectos de actividades especiales, pero no pasan de los 15 o 20 días siguientes, el resto del año lo dejo librado a lo que Dios disponga, con la mejor predisposición de mi parte a que seguramente Dios dispondrá muy buenas cosas para mí y mi familia. Tampoco me pongo mucho a pensar en el año que terminó, al fin y al cabo sólo es una fecha arbitraria y la vida continúa sin importar que día ni que mes es. Sin embargo este 2012 tuvo en lo personal algunos hitos significativos. Tampoco es que hice cumbre en el Aconcagua, ni soy la primera mujer en poner mis pies en Venus, nada tan grande, pero sí hice cosas que nunca había hecho, y que no me imaginaba hacer, ni las había planeado. Simplemente me salió hacerlas, y me gustó. Esto tiene mucho que ver con empezar a...