LA ALIMENTACION

Es difícil alimentar a un niño que ha estado severamente desnutrido y que sigue teniendo un peso bajo para su edad cuando no mastica ni traga bien. Cuando ésto comenzó a ser evidente, digamos cerca del año, edad en que debería haber empezado a tomar las cosas con la mano para llevárselas a la boca, a morder y masticar bien, me propuse no volver atrás. Decidí que iba a hacer lo imposible para que la alimentación por boca fuera lo suficientemente nutritiva para que su peso y su salud estuvieran lo mejor posible sin tener que recurrir a métodos invasivos como sondas u otros de los cuales ni me quise informar.
Así que me puse a probar con todos los agregados que se le podían poner a las comidas para que no les faltara nada. Siempre respetando dos cosas: la variedad y el sabor. La variedad, porque personalmente odio comer siempre lo mismo, me gusta probar cosas nuevas o nuevas formas de preparación, y por eso pienso que a los demás les puede pasar lo mismo. Como él no puede decirmelo, si se aburre de algo, cómo lo voy a saber? Y en cuanto al sabor, me parece importante educarle el gusto, no creo que por hacer algo más nutritivo tengamos que mezclar todo en un pastocho informe que al final no tenga gusto a nada.
La comida que más me rinde, lo que come casi todos los días, es una base de sopa de pollo y verduras. Algunas veces le hago puré con las verduras y con el pollo picadito mezclado en el puré, otros días al caldo le agrego avena, germen de trigo, salvado o vitina. Y con esto puede ir tanto el pollo (o carne) o al caldo le agrego huevo batido y lo mezclo bien para que se cocine allí mismo. También le pongo queso rallado o mantecoso.
Otra opción que le gusta son los fideos chiquitos cocidos en caldo y luego colados con salsa de queso crema o de tomate. También le gustan los ñoquis y los ravioles, éstos últimos cortados por lo menos en cuatro partecitas. Siempre con bastante crema o salsa blanca.
Otras veces preparo tartas o budincitos de distintas verduras o de queso. El relleno siempre lleva cebolla rehogada picada chiquita, crema y huevos, y como opcionales (depende de lo que tenga en la heladera) ricotta, queso crema o quesos con algún saborcito. Sus preferidos en éste rubro son los que tengan choclo, para éso uso el cremoso de lata.
La leche no le gusta líquida, ya probamos miles de opciones, no hay caso. La cuota diaria de lácteos se cubre con yogures y postrecitos comprados o caseros. Prefiero los que le aportan algo más, como los que vienen con cereales o frutas. Cuando no traen nada más les agregamos alguna fruta pisada, semillas de lino, de sésamo, salvado o avena.
Para completar la ración de proteínas siempre tengo listas para usar quinoa y amaranto, para las comidas y frutas secas (molidas con molinillo de café) para las frutas o postres.
Una merienda típica es una banana pisada con una medida de Pediasure en polvo, una gran cucharada de dulce de leche y un toque de nueces, almendras o semillas de girasol molidas.
Por supuesto que me rinde más una comida muy blandita, o muy cremosa, que no le dé trabajo para masticar, pero no es cuestión de facilitarle tanto las cosas. Si le doy algo más difícil de comer, como por ejemplo pollito picado y zanahoria rallada, le doy un buen postre bien fácil, como uno de chocolate o un yogur de dulce de leche.
Las cosas que les digo que uso de agregados no las usaba antes en mi cocina y surgen de entrar a una dietética y preguntar, mirar y revolver, leer y volver a preguntar. También tenemos en nuestro equipo de especialistas una pediatra nutricionista ante quien planteamos las dudas que puedan llegar a surgir y que lleva un control del enano en ése aspecto.
Y ahora los dejo, tengo que ir a hacer la cena!!!

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